jueves, 18 de enero de 2007

Más Honegger

A "petición popular", cuelgo aquí la sonatina para violín y violonchelo en mi menor de Honegger.

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Unos comentarios de Harry Halbreich, quizá el mayor experto en Honegger:

"Esta deliciosa obra, sin duda la más brillante en esta difícil combinación, junto con las grandes sonatas de Ravel y Kodály, se escribió en septiembre de 1932 y está dedicada a Albert y Anna Neuburger (Albert Neuburger gestionaba la principal empresa editora de Honegger, Salabert). Se estrenó el 16 de diciembre de ese año en un concierto celebrado en la École Normale de Musique de París. No se trata sólo de la primera incursión de gran escala en la música de cámara de Honegger desde 1923, sino también su primera composición exitosa después de un año de silencio y depresión, debidos a una crisis causada por el relativo fracaso de su oratorio 'Cris du Monde'. Pero esta resurrección toma el aspecto de una pieza feliz rica en inventiva, cuyo ánimo despreocupado sin duda justifica su título, 'Sonatina'. El estilo es más amable y más 'clásico' que el de los dos cuartetos que la seguirían algunos años después. La tonalidad principal es mi menor. El allegro inicial, en un flexible 6/8, se construyen en una forma sonata con la recapitulación invertida típica de Honegger no menos de tres temas, uno de los cuales es una vigorosa idea conclusiva en do mayor. Pero es el tema inical, presentado al unísono, el que domina y termina la pieza tras haber tenido para sí mismo y en solitario un muy animado desarrollo contrapuntístico. El movimiento central, en re mayor, hace alternarse un andante y un scherzo con un tempo el doble de rápido, de acuerdo a una forma estructurada en cinco secciones. Ambos episodios del scherzo son fugados, pero durante el segundo el apacible, amable andante transcurre simultáneamente, lo cual no es poco esfuerzo para una pieza pensada para un dúo. El rondo final, de una forma concéntrica muy simple (A-B-A-C-A-B-A), un allegro en mi mayor, ofrece un deslumbrante juego contrapuntístico, unas veces impetuoso y afable, en un tema principal lleno de humor, construido con rápidas respuestas cortas que alternan entre ambos instrumentos, que se halla a medio camino entre el tema del rondó final del Cuarteto Op. 130 de Beethoven y el finale del antes mencionado dúo de Ravel. Las secciones 'B' ofrecen cadenzas semejantes a recitativos que adoptan irónicamente el estilo de la 'Grand Opéra' mientras que la sección 'C' parece homenajear a Haydn. La coda, prestissimo, lleva su exuberancia hasta los límites de un virtuosismo temerario.

De "propina" mando otra obra de Honegger, para "ampliar repertorio". Se trata de "Paduana", para violonchelo solo, una breve pieza de poco más de dos minutos y medio compuesta en 1945. De ella dice Harry Halbreich:

"Por desgracia, Honegger no pudo llevar a cabo su proyecto de una suite para violonchelo solo: sólo queda esta 'Paduana', que data de julio de 1945 y que a pesar de su brevedad es uno de los descubrimientos más preciosos en su producción inédita. Las posibilidades sonoras del instrumento, grandes acordes, pizzicati, armonías, se explotan completamente y esta noble y majestuosa piueza enriquece el repertorio de violonchelo con una pequeña obra maestra"

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Un saludo,

Jaquino.

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